Este mensaje es la conclusión del Mensaje sobre la Parábola de las Parábolas. Recordemos que Jesús estaba enseñando junto al mar y se reunió mucha gente para escucharlo. Él les refirió la parábola que se conoce como La Parábola del Sembrador. Sus discípulos se acercaron para que les explicara y el es dijo que al entender esta parábola, entenderían todas las demás.
EXPLICACION DE LA PARABOLA
Continuando con la explicación de esta parábola, consideremos el tercer y cuarto tipo de tierra.
TERCER GRUPO:
Este es el terreno con espino. El mismo Jesús dijo que estos eran los que oían la palabra pero ésta era ahogada y hecha infructuosa, por los afanes de este siglo, el engaño de las riquezas y las codicias de otras cosas. Este es un terreno al que no se le quitó previamente la hierba mala; éstas no es sembrada por nadie, ni abonada, pero crece aún más que la propia siembra. La versión Dios habla hoy (DHH) lo presenta de la siguiente manera: “los negocios de la vida presente le preocupan demasiado, el amor por las riquezas los engaña y quisieran poseer todas las cosas. Todo esto entra en ellos y se ahoga el mensaje y no lo deja dar fruto”.
Al hablar de espinos, podemos pensar en un cactus. Por dentro tiene agua; crece en el desierto y cuando llueve absorbe la mayor cantidad de agua, como si fueran esponjas. Sus espinas exteriores son mecanismos de defensa. Así muchas veces este tipo de personas, andan a la defensiva; son cristianos cangrejos siempre con las pinzas hacia arriba. Este tipo de vidas han experimentado golpes físicos o anímicos en algún momento y han creado estos mecanismos de defensa.
Este grupo no dio fruto porque no se dejaron quitar los espinos, los cuales de haber sido quemados, hubiera servido de abono a la tierra.
Al quitar los espinos veremos la cosecha.
CUARTO GRUPO:
En Marcos 4:20 vemos la buena tierra. Esta están representados por los que oyen, reciben, dan fruto, al treinta, sesenta, y ciento por uno. Para saber si somos o no buena tierra, podemos comprobar estas cuatros características: A) Escucho y recibo la Palabra. B) Brota la Palabra en mí. C) Crece la Palabra en mí. D) Estoy dando fruto, o al 30% o al 60%, o al 100%.
Para que una tierra pueda dar frutos deben ser removidas las piedras, quitados los espinos, la maleza quemada, el terreno abonado.
Lucas 8:15 Con corazón bueno y recto retienen la palabra oída y dan fruto con perseverancia.
RESUMIENDO LA PALABOLA DEL SEMBRADOR
Junto al camino: Gente sin compromiso, sin ubicación. Semilla comida por las aves. Ataque a la semilla.
Entre pedregales: La semilla brota, pero no tienen raíces en sí mismas. Gente sin identidad, se apartan cuando vienen las pruebas. Ataque a la raíz
Entre espinos: No tienen seguridad eterna, son engañados por las cosas temporales. El ataque es al fruto.
Si ya estamos en Cristo, y somos buena tierra, pero solo estamos produciendo el equivalente del 30%, hay áreas de nuestra vida que todavía no han entrado al camino. Estas pudieran ser: las finanzas, los sentimientos, los planes o proyectos, la lengua, los ojos. No tenemos la culpa por las piedras que nos hayan arrojado en nuestro terreno, pero sí somos responsables de dejarnos limpiar. No sigamos culpando a nuestros padres, el gobierno, o aún a nosotros mismos. Si Dios ya nos perdonó, ya no queda más culpa.
Cortemos los espinos y sean quemados porque vamos a fructificar al ciento por uno. Recordemos esto: Jamás el Señor trabajará en tierras que no le pertenecen, sino en aquellas que ha comprado con amor.
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